viernes, 13 de junio de 2008

Si te volviera a conocer...


A Andrea la conocí saliendo del colegio, en esas academias pre-universitarias de verano tan informales que existen en esta ciudad.

Yo nunca había estudiado con mujeres, lo cual me hacía ser un poco más tímido que los demás chicos del salón. De suerte mi compañero de carpeta era José, un loco de mi promoción del colegio que hacía un poco menos difícil mi “socialización”. El resto de compañeros del salón eran mas extrovertidos que yo, solían conversar entre ellos, hacer bulla, reírse, mientras yo, por lo general me quedaba sentado en mi carpeta, mirándolos, esperando que José venga a llevarme con todos como solía hacer siempre.

Fue en una de esas tantas veces que José me llevó a donde estaban todos, que Andrea me tomo del brazo, cual marido y mujer ante el altar, y no me dejó regresar a mi carpeta. Parado a su costado, con una postura extremadamente rígida, la miraba de rato en rato. La miraba reír, gritar, soltarme unos segundos para perseguir a alguien y nuevamente venir y tomar mi brazo, para que yo pueda sentir el olor de su cabello y ponerme más rígido aun, secándome las manos en la ropa por el excesivo sudor que emanaban.

Esta situación comenzó a pasar mas a menudo a partir de ese día, pues todos salían al recreo y ya no era José el que me venía a buscar para ir al grupo de todos, sino que era Andrea la que me llevaba del brazo hasta afuera, mientras conversábamos y reíamos de cualquier cosa que hayamos visto el día anterior en la tele.

Cierto día, en esas eternas caminatas por la avenida Bolívar, le confesé a José que me gustaba Andrea, o al menos que me había empezado a gustar. Él, para variar, me dijo que ya se había dado cuenta, como el resto del grupo, como la misma Andrea, y fue en ese momento que me soltó la bomba.

En las siguientes cuadras me contó que yo también le gustaba a Andrea, es mas, que ella lo había dicho desde antes de conocerme, cuando me quedaba sentado en mi carpeta, haciendo algún dibujo en mis cuadernos o simplemente mirando el salón vacío. Mientras José me contaba eso, yo sentía una emoción muy grande, se me entrecortaba la respiración pero no era a causa de mi asma, como lo era comúnmente, sentía que el corazón latía rápido pero no estaba agitado.

Ese fin de semana invite a salir a Andrea. El sábado que me encontré con ella estaba muy nervioso. Llego y me dijo que en realidad no quería ir al cine, si no que prefería caminar por ahí, así que eso fue lo que hicimos.
Terminamos llegando a la puerta de su casa y, cuando menos lo esperaba, ella se me mandó. Aunque durante todo el camino las señales que había entre los dos eran más que obvias, no me esperaba lo que pasó en ese portal sin luz.

Caminar agarrados de la mano, unas cuantas rozadas de labios, un par de “te quiero” entre risas, un par de miradas que significaban mas de lo que parecían, un par de silencios que no incomodaron, pero que hacían sentir sienta “tensión”, y finalmente tú, diciéndome en la puerta de tu casa que querías estar conmigo, para terminar todo con un beso.

Durante las semanas siguientes fuimos el punto de las bromas del salón. Nosotros nunca hicimos caso de nada y seguimos siendo tan felices como desde el primer día que estuvimos. En la clase nunca atendimos, es mas, nos separaron para que no perdamos el tiempo, no creo que haga falta decir que ninguno entro a la universidad por ese motivo.

Sin embargo, cuando ya iba a acabar el ciclo, las dudas comenzaron a apoderarse de mí y comencé a pensar si es qué de verdad la quería o si es qué esa relación podía durar. En realidad me asusté.

Una semana antes de terminar ese ciclo, tirados en su cama, en uno de esos días en que le apagábamos el audífono para la sordera a su abuela para que no escuche nuestros ruidos, decidí terminar con ella. Lloró sin entender lo que pasaba y yo, simplemente trataba de consolarla sin realmente saber por qué si la quería tanto la hacia sentir mal; sin embargo lo seguí haciendo.

Terminó el ciclo y no nos volvimos ver en mucho tiempo, aunque siempre pensé en ti y en lo idiota que fui al terminar contigo. Casi un año después, cuando caminaba de salida de la universidad el día que me habían votado de la misma, nos cruzamos.

Le conté que me habían votado de la universidad y sin querer terminamos caminando hasta su casa. Llegamos a ese portal sin luz, donde más de un año antes ella me había pedido ser su enamorado y no pude contenerme las ganas de besarla. Para suerte mía, ella respondió el beso y me abrazó. Esa tarde subimos a su cuarto y apagamos nuevamente el audífono para la sordera que su abuela usaba, y entre sus sabanas, le confesé que no me había podido olvidar de ella en todo ese tiempo.

Decidimos retomar nuestra relación y ver hasta donde nos podía llevar. Abriste tu billetera y me enseñaste la foto carnet que te regalé cuando recién estuvimos, me contaste que tus amigas me conocían por esa foto y que seguro esta vez nos iba a ir mejor que antes, estabas segura de eso.

Dos semanas después, tú terminaste conmigo. Dijiste que recién habías ingresado a la universidad, que no querías quedarte amarrada a un recuerdo del pasado y que necesitabas vivir. Mientras lloraba, sonreí recordando como terminó lo nuestro un año antes, cuando yo te consolaba después de haberte hecho llorar, sin entender nada, como en ese momento.

Durante los cuatro años que han pasado desde eso, nos hemos encontrado algunas veces, nos hemos besado la misma cantidad, apagamos el audífono de la abuela la mitad de las mismas, nos dedicamos algunos “te quiero” entre las risas que siempre hay cuando estamos juntos.

Hace una semana nos encontramos, tomamos un café, reímos y caminamos a tu casa. Llegamos a ese portal sin luz, que tiene tanta oscuridad como historia entre nosotros y nos besamos. Nuevamente subimos a tu cuarto, pero esta vez no apagamos el audífono de la abuela, solo conversamos, sobre las sabanas esta vez, teniendo presente el miedo que dos veces ya me abrazó; pero también con el miedo de que me vuelva a ocurrir.


el cajon - Bye Sami

21 comentarios:

Gisel dijo...

muy buen post!
tienes una manera simple y muy bonita de escribir
saludos

ando... dijo...

yo tambien encontre a mi "andrea", esperemos todos estar ese portal sin luz...

JRodriguezD dijo...

Muy buena. Pasó o no?...


P.D. Esperemos que la Andrea de Ando no sea la misma que la tuya... ja.

Anónimo dijo...

se han dado
casos :s ...

roberto...

Cleopatre dijo...

increíble.
¿como haces esto?
me llevas en una nube cual sueño y termino estrellandome contra el suelo de la realidad.

Genialazo joselo impresionante...
wiii ya mañana te veré si si.

=D esta bien profundo y realista.
El miedo ahora lo siento yo.

Anónimo dijo...

Causa, recuerdo haber conversado contigo sobre ello, que chevere escogiste tus palabras en esta ocasion!!!

Pollo especialista dijo...

como siempre un buen relato...

Maite dijo...

lindo y sincero. Quisiera escribir alguna historia linda pero no puedo :S ya no puedo ...

Elmo Nofeo dijo...

Este parece ser uno de esos primeros amores que nunca se olvidan, pero tampoco funcionan.

Saludos.

Anónimo dijo...

Joselin lin lin sorry por no postear antes jajaja se me paso por hacer la cionca de ya no tengo amigos jajaja, oe escribes bien chevere ta bacan el blog

Diego dijo...

"When it is not the time to be with somebody, it is the time not to be with somebody."

Muy buen relato, creo que todos hemos pasado por esto en mayor o menor medida.

Saludos también.

Diego

El perro andaluz dijo...

Pobre la abuela, no la dejaban escuchar su noticiero, jajaja.
Te haya pasado o no,las historias son sólo del tiempo.

Kim Possible dijo...

Yo rejuraba que chicos timidos solo existian en peliculas... podrias aclarame ese mito?

Algo similar me ha pasado.
Hace poco.
Yo siempre teniendo que tomar la iniciativa.
Luego chispas volaban.
Y solo con conversaciones y risas.

No logro imaginarme como me habria sentido si hubieramos llegado a un beso real, no uno en la mejilla.
Seria muy SURREAL.


En fin.
Buena historia.
Buenisima.

PAZ HERMANO (:

Manuel Diaz Ibañez dijo...

Enrredadin pero hermoso. Se van diluyendo las expectativas hasta el final del relato, Como en la vida misma, nos sucede.

varguitass dijo...

me gustó, es verdad

no tanto como otros relatos anteriores pero me pareció bueno, eso sí que sí

un abrazo broer

Cleopatre dijo...

que hago señorito! que hago jojo el miedo me consume...pero dicen que si dejas que el chico llegue al 100% se va y fue pes. ¿cómo rescato al príncipe de la torre?
oh. FELIZ CUMPLEAÑOS CHIKILLO!!! LO ADORO MUCHISISIMO.
SIP SIP.
SIPIRILI.
wiiiiiii
TKM!!! JOSELOW
pásala bonísimo.

JRodriguezD dijo...

Feliz cumpleaños... genio de las letras, malabarista de sueños, hacedor de ilusiones, dios de la palabra, magnanimo orfebre de la lengua de Cervantes, creador de fantasias.

YaniRa dijo...

ayer fue tu cumple?
bueno, feliz cumple entonces xD
me gusto tu relato :)

LiterataRoja dijo...

Una verdadera historia de amor!!!

Tengo una asi... pero mejor olvidarla!

Besos!

Chio dijo...

Como dice Elmito, hay amores que simplemente nunca se encuentran en el momento y lugar correcto...

lo que tenga que ocurrir, ocurrirá en el tiempo.

Unknown dijo...

EXCELENTE RELATO BOMBARDERO...CADA VEZ ESCRIBES MEJOR...DEBE SER QUE ESTAS MAS VIEJO QUERIDO AMIGO..JA JA JA..POR CIERTO FELIZ CUMPLE ¡¡¡¡¡¡