viernes, 14 de septiembre de 2007

El heredero de Paul Pots


He visto varias veces la noticia. Pavarotti murió y dejo una herencia. Mire la cifra varias veces, lo pensé en silencio, si no hubiera estado tan ocupado como en los últimos días, quizás hubiera contado de uno en uno para llegar a la suma que vi en la pantalla.

Cerré la versión on line del periódico y me dedique nuevamente a mi trabajo. Eso no duro más de diez minutos y ya estaba nuevamente en la computadora y mis dedos buscaban las teclas que finalmente me trasladarían al tan adorado e idolatrado You Tube.

Puse su nombre mientras recordaba en que momento me había comenzado a gustar ese tipo de música con voces tan gruesas y que en realidad, no entendía ni un poquito de lo que decían. Opera había escuchado que le llamaban, pero hasta hace poco nunca le preste atención.
Yo, que canto todo el día, estaba mudo. La boca abierta sin decir nada, aunque en realidad la tengo abierta todo el día. Es mi defecto de fabricación.

Después de unos 8 o 9 videos recordé por quien empecé a escuchar este tipo de voces. Rápidamente puse en You Tube Paul Pots y ahí estaba ese concursante con cara de que ya había perdido sin siquiera cantar, al que los jueces de solo verlo ya estaban esperando al que seguía, y el mismo que al terminar de cantar, puso nuevamente su cara de perdedor pero ya ante un publico de pie, totalmente entregado en aplausos y gritos, y ante los mismos jueces, que sorprendidos, ya lo consideraban un fuerte candidato a ganador del concurso.

Nuevamente abrí la pagina del periódico y leí esa cantidad que tantas veces ya me había dado la vuelta en la cabeza. Ilusamente, leí la noticia para ver si es que mi nombre aparecía en la lista de los herederos de Pavarotti, pero no era así. Me puse de pie, quise cantar pero no me atreví. No lo podría hacer por varios días después de haber escuchado al gordo barbón.

Me quede parado y sentí un poco de hambre. Abrí mi billetera y encontré un post it, una entrada pasada de un concierto, un preservativo viejo y mi D.N.I. Mire de nuevo la noticia y me di cuenta que no era el heredero de Pavarotti, si no que a las justas era el heredero de Paul Pots, y eso… , era su heredero, pero antes de que cante y gane los millones que gano en ese concurso.

viernes, 7 de septiembre de 2007

Me acuerdo cuando no trabajaba.

Es viernes, son las 7:21 de la noche y estoy en una oficina a 3 metros bajo la superficie. Por mis oidos solo escucho esa voz gruesa, tan caracterisitica de los documentales con los que los profesores suelen torturarnos en las clases, y que ahora lo hacen en mi "tiempo libre" también.
Observo la puerta del cuartito de al lado, y por alguna razón espero que se abra y salga algo, o alguien, no importa si es un mounstruo de esos que mi abuela solia decir que estaban ocultos bajo mi cama, o si es una pelota, no importa lo que salga, con tal que salga algo para que haga mas divertido este cuarto lleno de videos.
Al menos tengo una computadora aca, aunque despues de muchas horas, el internet, tan vasto y extenso, tan rico en informacion, parece ser insuficiente para vencer el aburrimiento.
7:27 de la misma noche y el tiempo parece no pasar. Recuedo cuando podia pasarme el dia enteramente viendo televisión, jugando nintendo, dando vueltas en la sala de mi casa sin preocupación alguna, o smplemente riendome en la sala porque me tire la clase del día y disfruto el tiempo en blanco, en total vacio, en total cero.
Hoy me desperte a las 7 de la mañana, solo me da el tiempo para bañarme y salir hacia la oficina, que aunque me torture con su soledad me gusta en cierto aspecto.
Me gusta el hecho de no sentime inutil, aunque discos queme y queme, que al parecer de gran utilidad no lo es, aunque a la universidad parece importarle.
Sona las 8:02, acabo de malograr 2 dvds por estar escribiendo eso; sin embargo prefiero estar aca que riendome en mi casa sin hacer nada, prefiero estar aca que caminando en la calle sin saber donde me gastare el dinero que no tengo, prefiero estar aqui que dando vueltas por ahi, extrañando, pensando, blanqueando.
Ahora me acorde cuando no trabajaba, fue divertido pero ya no lo es.